"Hay una vitalidad, una fuerza vital, una energía, una aceleración, que se traduce a través de ti a la acción". - Martha Graham
Cuando abrí mi boca para cantar, mi voz quedó atrapada en mi garganta. La flema y la irritación de una infección bronquial pasajera todavía estaban allí. Mi voz era grave y tensa después de varios días de toser. Y el proceso de cantar no fue muy divertido. El sonido que venía de mi cuerpo no era yo. Me aclaré la garganta un par de veces, pero aún era áspera.
En lugar de empujar, disminuí la presión en mi garganta y seguí cantando a la ligera, observando y esperando a que apareciera mi sonido. Respiré profundamente, imaginando el sonido que salía de mi centro. Gradualmente, el sonido se suavizó hasta que canté con el sonido conectado que sé que soy yo.
De pie allí, experimentando con encontrar mi voz, comencé a pensar en los paralelos entre encontrar mi voz cantada o hablada y encontrar mi voz simbólica o metafórica.
La voz física fluye de una conexión entre la respiración y las cuerdas vocales. La voz metafórica es una relación única entre los valores y la visión de una persona y cómo se expresan en la acción. Cuando “encuentro mi voz”, encuentro mi sentido de propósito. Sé de qué se trata y me expreso con mucha más facilidad.
Cuando pierdo mi voz, puedo encontrarla de nuevo de manera similar al proceso que utilizo para recuperar mi voz de canto:
no presiono. Los obstáculos son una señal para disminuir la presión, profundizar y volver a conectar con lo que es importante.
Respiro profundamente y hablo desde el centro. Cuando hablo desde el centro, mis voces literales y figurativas son fuertes, claras y más fáciles de escuchar.
Practico. Perder mi voz es una señal para que me detenga, mire y practique encontrarla de nuevo. Poco a poco me doy cuenta de cómo suena y se siente "mi voz", y puedo recuperarla más fácilmente.
Como lo sugiere Martha Graham, encuentre la vitalidad, la fuerza vital y la energía que es su voz. Con la práctica, se volverá poderoso y sin esfuerzo.
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